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22 abril 2007

La Saga de los Varmandi (II - Gigantes y Dragones)

Jóvenes, escuchad las palabras de Hrothgar el Viejo, puesto que conozco todas las historias, las verdaderas, las falsas y las sagradas. El joven Ragnar me ha preguntado por el origen de la Cota de Escamas de Dragón que usa Ranulf Mirada Oscura, nuestro Campeón del clan, y yo os contaré su historia.

Hace muchos años, poco después de que el Viejo Varmand fundara su clan, cayó una maldición sobre los Heortlingas que vivían junto a las montañas Quivini. Las mujeres de los clanes caían enfermas y se debilitaban y muchas no sobrevivían al invierno. Muchos clanes pensaban que era un maldición enviada por chamanes a sueldo de clanes rivales, o incluso la labor de adoradores de la Preoscuridad, que sólo saben hacer el mal.

Pero sólo los Varmandi averiguamos la verdad. Heort Voz Rúnica, un sacerdote del linaje de los Stonedale y amigo personal del Viejo Varmand, tuvo una revelación enviada por Orlanth el Padre de Todos: el Aliento de las mujeres estaba siendo robado por Bifrost el Gigante y encerrado en unas manzanas mágicas que cultivaba en la alta montaña que era su hogar. Pero Bifrost era un Gigante ancestral, hijo de Valind el Rey del Invierno, y nadie podía matarle.

El jefe Varmand creyó que era demasiado peligroso ir a matar al gigante, pero unos jóvenes Varmandi se ofrecieron voluntarios: Leikan, Sartark Por Poco, Ris Garnathson y Olaf Lengua de Oro. Lo único que pidieron fue un poni que llevara su equipo y la bendición de sus mayores.

Los jóvenes Varmandi se pusieron en camino hacia las montañas Quivini donde moraba el Gigante Bifrost. Llegaron a las tierras del clan Karandoli, donde fueron bien recibidos, puesto que en aquel entonces no teníamos ningún feudo con ellos. Leikan consiguió negociar con los Karandoli a cambio de información y averiguó que Bifrost era un gigante que nadie podía matar, y que el odio no podía herirle. Los Karandoli también le contaron que las montañas Quivini eran el hogar de los dragonuts, los hombres dragón, y que eran amigos del Gigante y le habían dado una Serpiente Guardiana para protegerle.

Los Varmandi se despidieron de los Karandoli y comenzaron a explorar las montañas. En un claro del bosque encontraron una noche sin luna a un grupo de hombres extraños acompañados de lobos igual que nosotros vamos acompañados de linces. Sí, Ranulf, eran Telmori, pero en aquellos tiempos los Hombres Lobo acababan de llegar a nuestras tierras y aún no les conocíamos. Nuestros jóvenes actuaron como debe hacerlo un buen Heortlinga y se lanzaron al asalto tratando de matar a los extranjeros.

Nuestros guerreros saltaron por sorpresa sobre sus enemigos, y pronto las espadas y las lanzas comenzaron a morder. Ris Garnathson derribó a dos hombres y a un lobo, y Olaf Lengua Dorada a otro de los lobos. Leikan y Sartark Por Poco lucharon también bravamente, pero sufrieron graves heridas antes de acabar con sus enemigos. Pronto la lucha acabó, y una decena de enemigos yacían a los pies de los Varmandi.

Bien, bien, dejad de gritar, puesto que la historia no ha acabado aún. Olaf Lengua Dorada decidió volver hasta las tierras de los Karandoli para que cuidaran de sus amigos malheridos, puesto que Olaf siempre fue un hombre prudente y astuto. Mientras deshacían el camino les alcanzaron dos guerreros Varmandi: Baranwolk el Honorable y Garnath, hijo de Korlmhy. Estos dos guerreros habían seguido a sus compañeros de clan puesto que deseaban compartir la gloria de la misión.

Los cuatro Varmandi volvieron con sus heridos a las tierras de los Karandoli y dejaron a Leikan y Sartark al cuidado de sus mujeres. Los Karandoli fueron hospitalarios e invitaron a nuestros hombres a unirse a un banquete en el Salón del jefe.

Pensando que necesitaban más información, Olaf Lengua Dorada comenzó a hacer preguntas entre los Karandoli, pero ofendió a uno de los weaponthanes del Jefe Karandol, y este le retó a un duelo. Ris Garnathson quiso aceptar el duelo en lugar de su amigo pero al final fue Olaf el que luchó contra Ragnar de los Karandoli. Ragnar era un guerrero muy hábil y de un primer golpe quebró el escudo de Olaf. Pero después se confió y comenzó a actuar de forma imprudente, y Olaf consiguió herirle, ganando el duelo. Esto fue un duro golpe para el orgullo de Ragnar y nunca se lo perdonó a Olaf.

Garnath hijo de Korlmhy era un hombre astuto y consiguió una información que los Karandoli no querían compartir: un chamán llamado Kormal vivía en las montañas y sabía muchas cosas sobre los seres de las Montañas Quivin. Pero sus consejos nunca eran dados de forma gratuita.

Los Varmandi decidieron astutamente conseguir un tesoro para el chamán, ¿y qué mejor lugar que el salón del trono del Jefe Karandol? Durante el banquete, Olaf Lengua Dorada entretuvo a los Karandoli con un largo relato sobre cómo Eurmal robó la Muerte del Inframundo y se la entregó a Humakt, y mientras los Karandoli escuchaban extasiados, Ris se escabulló y robó un Saco de los Vientos del mismisimo Salón de Karandol. Esa noche ocurrieron hechos menos audaces, como que Baranwolf el Honorable perdiera un concurso de bebida con Barran el Enorme, o que Garnath yaciera con la hija del Jefe Karandol, pero son cosas que sucedieron y que yo debo contaros.

Al día siguiente, los Varmandi partieron al alba. Leikan y Sartark volvieron a las tierras del clan y el resto se dirigieron a las montañas a hablar con el chamán Kormal. Le encontraron en una cueva, y consiguieron respuestas de él a cambio de regalos: Kormal les contó dónde encontrar a Bifrost; que Bifrost quedaría absorto escuchando una historia que no conociera; y les aconsejó que le contaran la historia de cómo Orlanth fundó la Tribu de las Tormentas. Kormal recibió el Saco de los Vientos, la promesa de una manzana mágica y un puñado de escamas de dragón por esta información.

Los Varmandi viajaron por las montañas Quivin. En el camino vieron a un grupo de dragonuts inmóviles, pero pasaron de largo. ¿Quién puede saber lo que piensa un dragón?

Cuando al fin llegaron al valle en el que vivía el Gigante, los seguidores de los cuatro Varmandi decidieron no seguir adelante, por miedo, y se les ordenó que esperaran con los caballos. Sólo Ris, Garnath, Olaf y Baranwolf penetraron en el Valle de las Dos Columnas.

Allí se encontraron con el Gigante, que era un ser tan alto como cuatro hombres y tan ancho como tres reses. Pero el Gigante era ciego, puesto que había vivido desde antes de que el Sol se alzara por primera vez desde las Puertas de Theya. Y el Gigante preguntó quienes eran los que llegaban a su hogar. Y Olaf Lengua Dorada se presentó y comenzó a contar al Gigante la historia que el chamán les había sugerido. El Gigante se sentó en una piedra y escuchó encantado. Los otros tres Varmandi vieron que más allá del Gigante un cañón donde se alzaba un árbol. Trataron de escabullirse sigilosamente, como el Dios Desemborth el Ladrón. Baranwolf fue el primero, y después Ris Garnathson, y el último Garnath. Cuando Baranwolf llegó junto al árbol comenzó a coger las manzanas pero entonces fue atacado.

Un Gusano vivía en el árbol y era su guardián. Baranwolf casi no pudo defenderse del golpe puesto que había sido cogido por sorpresa y llevó la cicatriz del mordisco toda su vida. Pronto Ris y Garnath se unieron a la pelea y esa fue la Batalla Silenciosa, puesto que no podían arriesgarse a que el ruido del combate llamase la atención del Gigante. Mientras ellos luchaban Olaf Lengua Dorada luchaba la Batalla de las Palabras con el Gigante, al que había enredado en su historia, de la que el hijo del Invierno no podía escapar.

Un gran oponente era el Gran Gusano y pronto todos los Varmandi sufrieron heridas. Finalmente, Ris Garnathson consiguió quebrar el espinazo del Dragón con su espada y a partir de entonces se le conoció como Ris Matadragones. Ris cortó la cabeza del Dragón mientras sus compañeros recolectaban tantas manzanas del Árbol y escamas del Dragón como pudieron.

Cuando volvieron a donde estaba el Gigante, se escabulleron de nuevo en el estrecho paso que dejaba su cuerpo a la entrada del cañón. Olaf había terminado hace tiempo su historia, pero conseguía mantener la atención del Gigante aún recitando las genealogías de los Dioses que intervenían en la narración. Baranwolf se escabulló con las manzanas, y Garnath pasó sigilosamente con las escamas del Dragón, pero cuando Ris Matadragones se arrastraba con la cabeza del Dragón sobre sus hombros, el Gigante le oyó, y bajando su mano tocó la cabeza del Dragón. Y Ris Matadragones la movió e hizo fieros sonidos, como si el Dragón siguiera vivo, y engañó al Gigante. Éste cogió la cabeza y volvió hacia el cañón y dio siete pasos antes de descubrir que sólo llevaba una cabeza y que el Dragón estaba muerto. Cuando volvió a acabar con sus enemigos, los Varmandi ya habían huido ladera abajo y, junto a sus seguidores, llegaron al pie de la montaña.

Y antes de volver al Valle Ormsthane pagaron a Kormal el chamán su manzana y un puñado de escamas de Dragón, y después atravesaron las tierras del clan de los Tres Hermanos y pagaron su paso con manzanas, pero sin escamas. Y al llegar al Salón del Jefe Varmand, éste les agasajó con buenas palabras y buenos regalos. Ris Matadragones recibió una cota de anillos, y Olaf Lengua Dorada un arpa decorada que valía más de cinco reses. Y Garnath recibió un don mágico de protección y Baranwolf un regalo que no compartió con nadie.

Y tiempo después Omund el Herrero utilizó su magia para forjar con las escamas que los Varmandi habían traído de las Montañas Quivin la Cota de Escamas de Dragón, que se convirtió en una reliquia del clan Varmandi, y que todos los Campeones del clan han utilizado desde entonces.

Y esta historia sucedió en verdad y la Cota de Escamas de Dragón está aquí como prueba. Que el Gran Orlanth, vencedor de Aroka el Dragón Azul y Alakoring Rompedragones, azote del Imperio de los Amigos de los Wyrms nos sigan bendiciendo, y que Ris Matadragones, nuestro antepasado, nos de fuerzas para vencer a los Gusanos.

2 comentarios:

  1. Hola, Carlos, te dejo un mensaje aquí porque no encuentro tu correo electrónico en el blog (será porque no lo has puesto, porque tengo Buscar 17). Es para comentarte que te he lanzado un meme a colación del Día del Libro, a ver si recoges el guante: Meme.

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  2. No, no está puesto. Bastante spam me llega ya sin necesidad de que esté por ahí público. Suerte que Gmail tiene el mejor filtro de spam del Universo ;).

    En cualquier caso, digamos que si escribes a "cruzmorales" en el correo de Gmail me llegarán tus mensajes ;).

    En cuanto al meme, no sabía lo que era pero recojo el guante. Es difícil decididr un par de libros, pero procedo a darle una pensada.

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